Zeneta Express

fuente: PWA

Esto... si, ya lo sé, la foto no tiene nada que ver; pero si hay un rostro que puede describir mi estado actual es ese. Sin aire, agobiado y sabiendo que lo peor aún esta por llegar.

Y así me encontraba ayer a las cuatro y media, en medio de Archena y despues de una reunión que yo mismo habia provocado. En el móvil un montón de llamadas perdidas y algún mensaje clarificador: "Palos 5.2 fuerte, algunos 4.7". Vale, hacía viento... aunque a casi 100 kms. Sin problemas pensé, es una distancia insustancial para un centauro como yo... otro tema es que el viento siga allí cuando llegue.

Despues de un tránsito automovilístico que podríamos denominar como Suicidio Con Ruedas alcancé mi destino: Cabo Palos city. La patria de Godzilla y sus progenitores. Bajo el consejo de uno de ellos (el más feo) monto 4,7 y enfilo el callejón camino del paraiso. En la orilla seres de dudosa gracia se congratulan comentando que el viento ya ha bajado, que no queda nada, que si uno es gafe, que si bla y re bla. No oigo sus canticos de sireno tuercebotas, al contrario, fijo mi mirada en el horizonte azul donde El Bombero Pandillero arranca algún planeo con su material grande (75 litros y 4.7) y me lanzo a la aventura líquida.

La verdad es que el viento al principio no esta muy allá y aunque planeo lo hago justico y sin mucha convicción. Estoy apunto de defecar mentalmente en el padre de Godzilla, pero en poco tiempo la cosa mejora, los seres de dudosa gracia se dan de patadas por volver al agua y todo comienza a transcurrir como debería ser siempre: el cielo, el mar, el planeo y esa sención eufórica de saber que estas haciendo lo que hay que hacer... aquello que es único porque no necesita ser explicado y que convierte en inmortales (por un rato) a personas corrientes como nosotros. Aufa.