viernes, 27 de julio de 2012

El viaje de Pericles 03: el sueño de Pericles.

Pericles, siguiendo la costumbre ateniense, se casó en primer lugar con uno de sus familiares más cercanos, con el que tuvo dos hijos: Jantipo y Paralo. Este matrimonio, sin embargo, no era un matrimonio feliz, y en algún momento del año 445 a. C. Pericles se divorció de su mujer y se la ofreció a otro marido, con el acuerdo favorable de sus parientes masculinos más cercanos. El nombre de su primera esposa se desconoce; la única información de que se dispone es que era la esposa de Hipónico antes de estar casada con Pericles, y la madre de Calias, hijo de este primer matrimonio.
La mujer a la que realmente amó fue Aspasia de Mileto. Se convirtió en la amante de Pericles y comenzaron a vivir juntos igual que si estuviesen casados. Esta relación provocó muchas reacciones e incluso el propio hijo de Pericles, Jantipo, que tenía sus propias ambiciones políticas, no dudo en utilizarla para atacar a su padre. En cualquier caso, estas críticas no doblegaron la actitud de Pericles, si bien tuvo que romper a llorar para proteger a su amada Aspasia cuando fue acusada de corromper a la sociedad de Atenas. Su gran tragedia personal fue la muerte por culpa de la epidemia de su hermana y de sus dos hijos legítimos, tragedia de la que nunca llegó a sobreponerse.
Justo antes de su muerte los atenienses permitieron un cambio en la ley de 451 a. C. que convertía a Pericles el Joven, su hijo con Aspasia (de sangre ateniense solo por parte de su padre), en un ciudadano y un heredero legítimo, una decisión sorprendente teniendo en cuenta que fue el propio Pericles quien propuso en un principio la ley que limitaba la ciudadanía a aquellos que naciesen tanto de padre como de madre ateniense. Fuente: wikipedia



En la huída, Pitoenclenqueides y Mamón toman la iniciativa. Conducen al Terriblemente Joven entre las calles lisboetas, esas que ahora se han convertido en el laberinto que ensalzó a Teseo. La noche huye con ellos. Los tres, visiblemente cansados, consiguen alcanzar la nave que les lleve de vuelta al Atlántico. Pericles apenas habla.
En la llamada  "A inclinaçao do taxis" encuentran dificultades para abandonar el centro de Lisboa. La ciudad aún bulle, ajena a los planes  que el amanecer ha preparado para ella. Pitoenclenqueides y Mamón divagan sobre nada cierto. Bromean sobre su victoria física sobre la juventud insultante de Pericles, quien ya no distingue Atlante de Cariatide. En su descenso al valle de Morfeo, cree que su viaje se hace extemporáneo. Los kilómetros se hacen infinitos, y sueña con un recorrido mucho más largo del que tenían que haber usado para volver al azul del océano. En sus visiones oníricas aparecen de nuevo sus maestros, ahora especialmente iluminados y con un aspecto mucho más joven del que en realidad tienen. Todos visten inmaculadas túnicas blancas que contrastan con la sordidez de la arena de desierto que los rodea. Mamón y Pitoenclenqueides sonríen. Cogen a Pericles por el hombro y le transmiten la enseñanza real del viaje: "todo viaje es un aprendizaje, todo desplazamiento por el espacio conlleva ineludiblemente un cambio de posición en tu memoria. La felicidad se mide por la cifra que marca tu cuentakilómetros".
Pericles despierta. No sabe si su estado es de sueño o vigilia. No sabe si la ruta que han elegido para llegar a no sabe dónde ha sido tan larga como le ha parecido. No sabe donde está. La nave se detiene. Todos deciden dormir. Sintra los envuelve.






Ítaca


Cuando emprendas tu viaje a Ítaca
pide que el camino sea largo,
lleno de aventuras, lleno de experiencias.
No temas a los lestrigones ni a los cíclopes
ni al colérico Poseidón,
seres tales jamás hallarás en tu camino,
si tu pensar es elevado, si selecta
es la emoción que toca tu espíritu y tu cuerpo.
Ni a los lestrigones ni a los cíclopes
ni al salvaje Poseidón encontrarás,
si no los llevas dentro de tu alma,
si no los yergue tu alma ante ti.
Pide que el camino sea largo.
Que muchas sean las mañanas de verano
en que llegues -¡con qué placer y alegría!-
a puertos nunca vistos antes.
Detente en los emporios de Fenicia
y hazte con hermosas mercancías,
nácar y coral, ámbar y ébano
y toda suerte de perfumes sensuales,
cuantos más abundantes perfumes sensuales puedas.
Ve a muchas ciudades egipcias
a aprender, a aprender de sus sabios.
Ten siempre a Ítaca en tu mente.
Llegar allí es tu destino.
Mas no apresures nunca el viaje.
Mejor que dure muchos años
y atracar, viejo ya, en la isla,
enriquecido de cuanto ganaste en el camino
sin aguantar a que Itaca te enriquezca.
Ítaca te brindó tan hermoso viaje.
Sin ella no habrías emprendido el camino.
Pero no tiene ya nada que darte.
Aunque la halles pobre, Ítaca no te ha engañado.
Así, sabio como te has vuelto, con tanta experiencia,
entenderás ya qué significan las Ítacas.

Konstantinos Petros Cavafis

lunes, 23 de julio de 2012

El viaje de Pericles 02: segunda jornada.


Alrededor de los años 462 y 461 a. C., los líderes del partido democrático decidieron que ya era la hora de intentar tomar el control del Areópago, un Consejo tradicional controlado por la aristocracia ateniense, que en tiempos pasados había llegado a ser uno de los cuerpos más poderosos del Estado. El líder del partido y mentor de Pericles, Efialtes de Atenas, propuso una brusca reducción del poder del Aerópago. La Ekklesía (la asamblea ateniense) aceptó la proposición de Efialtes sin demasiada oposición. Esta reforma señaló el comienzo de una nueva era de «democracia radical».
El partido democrático fue gradualmente volviéndose el partido dominante en la política ateniense, y Pericles se mostraba dispuesto a seguir una política populista para mantener a la gente de su lado. De acuerdo con Aristóteles, la postura de Pericles se puede explicar por el hecho de que su principal oponente político, Bombom Cimón, era rico y generoso, y era capaz de asegurarse el apoyo público mediante la utilización de su fortuna personal. El historiador Loren J. Samons II argumenta, sin embargo, que Pericles tenía suficientes recursos para poder haber hecho lo mismo si hubiera querido.
En el año 461 a. C., Pericles consiguió eliminar a su gran oponente mediante la utilización del ostracismo. La acusación para ello fue que Bombom Cimón había traicionado a la ciudad por haber actuado como un amigo de Esparta, una acusación que era muy frecuente enarbolar frente a los políticos de la facción conservadora.
Incluso después del ostracismo de Bombom Cimón, Pericles continuó llevando a cabo y promocionando una política populista con gran carga social. Primero propuso un decreto que permitía a los pobres acudir a ver las obras de teatro sin tener que pagar, siendo el estado el que cubriría el coste de su admisión. Mediante otros decretos redujo los requisitos de propiedad necesarios para formar parte del arcontado e introdujo el pago de unas generosas cantidades de dinero para aquellos ciudadanos que sirviesen como jurados en la Heliea (la corte suprema de Atenas). Sin embargo, la medida que más controversia creó fue la ley del año 451 a. C., que limitaba la ciudadanía ateniense a aquellos que fuesen nacidos de ciudadanos atenienses por ambos lados. Fuente: wikipedia



Tales medidas impulsaron a los críticos de Pericles, que le veían como el responsable de la degeneración gradual de la democracia ateniense. Constantine Paparrigopoulus, uno de los más importantes historiadores griegos modernos, argumenta que Pericles buscaba la expansión y estabilización de todas las instituciones democráticas.Por ello, impulsó una legislación que garantizaba a las clases más bajas el acceso al sistema político y a los oficios públicos, de los cuales habían sido apartados anteriormente debido a sus medios limitados o a su humilde condición. De acuerdo con Samos, Pericles creía que era necesario elevar al Demos, en el que veía la fuente del poder ateniense y un elemento crucial en el dominio militar de Atenas.La flota, sin duda la espina dorsal del poder de Atenas desde los días de Temístocles, estaba compuesta casi en su totalidad por miembros de las clases inferiores.
BomBom Cimón, por el otro lado, parece que ya había dejado de creer que existiera espacio para la evolución democrática. Estaba seguro que la democracia había llegado a su punto álgido y que las reformas de Pericles llevaban a la instauración del populismo, degenerando el sistema establecido. Según Paparrigopoulos, la historia acabó dando la razón a Cimón, puesto que Atenas, a partir de la muerte de Pericles, se hundió en un abismo de turbulencia política y demagogia. Fuente: wikipedia.






















Amanecer en Ribeira d'Ilhas. Entrever  a través de un cristal aún lleno de sueños que a las 6:30 a.m. ya hay más de diez personas en el pico. Pitoenclenqueides queda con cara de asombro ante su  retraso  en los relojes portugueses. Mamón disfruta del momento. Pericles, el Terriblemente Joven aún no sabe donde está.
Primer baño en el primer pico, segundo baño en el segundo pico, tercer baño en ningún pico.  Desayuno sin diamantes. Ni falta que hacen.
Llegan los espartanos e intentan colonizar la playa. Sepia hace un alarde de retórica y los locales abren las olas a los extranjeros. Bombón Cimón presume de posada. El día se eterniza mientras la marea sube marcando el final de la batalla.
Viaje hacia Guincho donde nos espera de nuevo la marea baja. Parada en Lidl. Aquí se da uno de los episodio más famosos en las enseñanzas de Pericles: Mamón y Pitoenclenqueides quieren alimentarse del aire, que bastará si éste es compartido. Pericles, borracho de su propia inexperiencia quiere procurarse unas deliciosas sardinhas solo para él. Insta a sus maestros a que "pesquen" las suyas. Pitoenclenqueides estalla y colérico muestra al joven el futuro: "No compraremos nada y nos comeremos lo tuyo. El oráculo así lo quiere. Está escrito". Pericles  asiente. Cada vez sus insolencias serán menos. Está empezando a aprender. Añade a los pescados unos  vinos de la zona para regalar a su bienamado suegro.  Sus maestros ríen y saborean el elixir dionisiaco  por adelantado.
Llegan al temido spot de Guincho. De nuevo la lista de teorías aumenta. No termina de entrar el viento y cansados de esperar, verbo que debe tener en su etimología esta playa lisboeta, deciden entrar en la batalla. 4,7 es la cifra. El viento, aunque racheado, va a más durante la tarde. El día no parece acabar nunca. Y lo que queda. Buenas series que se envenenan cuando se vacía la playa. Casi todos sufren sus consecuencias: tablas que hablan, velas que suspiran, prolongadores  sacados de un cuadro de Dalí.
El cansancio pone fin al windsurf. En vez de descansar, ante la dureza que saben que  tendrán que asumir la última de las jornadas, los ojos de los espartanos brillan pidiendo aún combate,  en un día que está aun lejos de decir su última palabra. El lugar: el Barrio Alto de Lisboa. Antes de marchar Pericles encuentra un tabla abandonada entre las sombras que ya toman el Atlántico. Con la seguridad que da tener 20 años, sabe a quién pertenece y la toma para devolverla a su dueño. Sin saberlo, ha hecho el favor de su vida al pseudolocal Andrés Serrano, el hijo del Cabo, quien a esa hora debe ir ya por Badajoz, feliz, sin conocer su olvido.Tras una cena a base de Monster y cerveza, Mamón, Pitoenclenqueides y Pericles desembarcan en Lisboa por la puerta de atrás. Deciden reunirse con los espartanos más tarde. Mientras, ahogan sus penas  y sus corazones al ritmo de la música en vivo de un local brasileiro, cerca de la esquina que vio morir a Pitoenclenqueides un año atrás. Pericles conoce el amor  gracias a una meretriz madura cuyo nombre ha quedado perdido en el pasar de los siglos.  Sus maestros demuestran sus dotes de samba ante la joven Lucibella. Ésta se aburre y escoge otra presa. Llegan los epartanos. La noche enloquece, y el local baila en perfecta sincronía como si fuese un solo organismo 100% hecho de Caipirinha. Suecia, Suiza, portugueses que esconden inverosímiles fetiches, mercadeo en rebajas, palabras en francés, en inglés, en aguileño...Nacimiento y caída de Pierre Bonjour... Sepia da otro golpe a la retórica. La noche, como en un relato de Cortazar, se diluye entre los agujeros de la propia noche. Peligro. Pericles y sus maestros escapan a tiempo.

jueves, 19 de julio de 2012

El Viaje de Perícles 01: primera jornada.


"Según Heródoto y Plutarco, Agarista -la madre de Pericles- soñó, algunas noches antes del nacimiento de Pericles, que daba a luz un león. Una interpretación de esta anécdota es que el león es el símbolo tradicional de la grandeza, aunque la historia también puede estar haciendo alusión al tamaño inusual del cráneo de Pericles, que se convirtió en el objetivo habitual de los comediantes contemporáneos, llegando a recibir el apelativo de «cabeza de pera»". Fuente: wikipedia.




"Pericles pertenecía a la tribu local de Acamantis y sus primeros años fueron silenciosos. Un joven introvertido que huía de apariciones en público y prefería dedicar su tiempo a los estudios". Fuente: wikipedia.







Amanecer en el kilómetro 0 de la autopista Faro-Lisboa. Conducir y reir, conducir y dormir, conducir y autolesionarse para no dormir. Llegar a Lisboa y elegir puente. Elegir nombre para el puente. El Terriblemente Joven Pericles hace muestra de sus conocimientos. Sus maestros, Mamón y Pitoenclenqueides, le bajan los humos mostrando que no siempre el camino más corto es el que abarca mayor conocimiento. Esta será la tónica del viaje. Rumbo al norte, a Ericeira. Ribeira sin olas. Primera visita a Matadouro. Marea llena de su propia marea. Vuelta al sur. Vislumbramiento del potencial iniciático de esta ruta upanddown. Costa, montes y tranvias que solo se perciben. La señalética portuguesa siempre ayuda. Sintra es epicentro y sumidero. Praia Grande y su surf para todos los públicos. El shock térmico: no se puede remar de lo que duelen las manos; no se puede parar de lo que duelen los pies. El Joven Pericles decide buscar su propio pico. Buenos y apacibles surfs hasta que llega el momento justo de parar. Nos vamos a Guincho. Hamburguesas y nube. Contacto con la tropa espartana y el traidor BomBom Cimón. Teorías conspiratorias sobre nubes, cejas, bombas térmicas. Debemos desarrollar nuestra propia hipótesis. La nube no deja lugar al viento. La ausencia de viento no permite hacer volar la imaginación. Un poco de siesta y la llegada del Oráculo del Cabo nos da la clave. Hacemos nuestra la denominada Teoría Acumulativa Cíclica y volvemos al norte. Primer cabreo del Joven Pericles que no entiende del beneficio espiritual de los kilómetros. Para contrarrestar esto y no dejarse amedrentar sus maestros proponen un último baño de surf al atardecer, pero en vez de acceder al pico por el camino plano y directo lo hacen desde la montaña pedregosa, descalzos e iluminados. Después de una prístina sesión de dimensiones turnerianas y de vuelta a la montaña, el ocáso les sorprende agitándolos como ángeles mientras que la tropa que eligió el camino fácil se lo pierde ocultos por la sombra y el asfalto. Mamón y Pitoenclenqueides piensan que el Joven Pericles ha entendido la enseñanza, o eso creen. Para culminar la jornada Frango Na Churrasco & Superbock sentados en un banco de Ericeira. La ciudad suspira y pasea ante sus ojos mientras la noche portuguesa, húmeda y fresca, y el cansancio acumulado se alían para poner un punto y final lleno de sueños y visiones metafísicas.



lunes, 16 de julio de 2012

El Viaje de Pericles 00: Intro_ Shades go Down


Alone...listless...breakfast table in an otherwise empty room
Young girl...violins...center of her own attention
The, mother reads aloud, child, tries to understand it
Tries to make her proud

The shades go down, it's in her head
Painted room...can't deny there's something wrong...

Don't call me daughter, not fit to
The picture kept will remind me
Don't call me daughter, not fit to
The picture kept will remind me
Don't call me...

She holds the hand that holds her down
She will...rise above...ooh...oh...

Don't call me daughter, not fit to
The picture kept will remind me
Don't call me daughter, not fit to
The picture kept will remind me
Don't call me daughter, not fit to be
The picture kept will remind me
Don't call me daughter, not fit to
The picture kept will remind me
Don't call me daughter, not fit to be
The picture kept will remind me
Don't call me...

The shades go down
The shades go down
The shades go, go, go...

Letra de Daughter de Pearl Jam, uno de los temas fundamentales en la educación musical del jóven Pericles durante su formación lusitana.

miércoles, 11 de julio de 2012

martes, 3 de julio de 2012

Oh the things that summer brings




¿Cómo eran los veranos antes de descubrir el mazarronismo?
y no vale con decir solo: Calurosos!


Gracias Pablov por las fotos...