lunes, 23 de julio de 2012

El viaje de Pericles 02: segunda jornada.


Alrededor de los años 462 y 461 a. C., los líderes del partido democrático decidieron que ya era la hora de intentar tomar el control del Areópago, un Consejo tradicional controlado por la aristocracia ateniense, que en tiempos pasados había llegado a ser uno de los cuerpos más poderosos del Estado. El líder del partido y mentor de Pericles, Efialtes de Atenas, propuso una brusca reducción del poder del Aerópago. La Ekklesía (la asamblea ateniense) aceptó la proposición de Efialtes sin demasiada oposición. Esta reforma señaló el comienzo de una nueva era de «democracia radical».
El partido democrático fue gradualmente volviéndose el partido dominante en la política ateniense, y Pericles se mostraba dispuesto a seguir una política populista para mantener a la gente de su lado. De acuerdo con Aristóteles, la postura de Pericles se puede explicar por el hecho de que su principal oponente político, Bombom Cimón, era rico y generoso, y era capaz de asegurarse el apoyo público mediante la utilización de su fortuna personal. El historiador Loren J. Samons II argumenta, sin embargo, que Pericles tenía suficientes recursos para poder haber hecho lo mismo si hubiera querido.
En el año 461 a. C., Pericles consiguió eliminar a su gran oponente mediante la utilización del ostracismo. La acusación para ello fue que Bombom Cimón había traicionado a la ciudad por haber actuado como un amigo de Esparta, una acusación que era muy frecuente enarbolar frente a los políticos de la facción conservadora.
Incluso después del ostracismo de Bombom Cimón, Pericles continuó llevando a cabo y promocionando una política populista con gran carga social. Primero propuso un decreto que permitía a los pobres acudir a ver las obras de teatro sin tener que pagar, siendo el estado el que cubriría el coste de su admisión. Mediante otros decretos redujo los requisitos de propiedad necesarios para formar parte del arcontado e introdujo el pago de unas generosas cantidades de dinero para aquellos ciudadanos que sirviesen como jurados en la Heliea (la corte suprema de Atenas). Sin embargo, la medida que más controversia creó fue la ley del año 451 a. C., que limitaba la ciudadanía ateniense a aquellos que fuesen nacidos de ciudadanos atenienses por ambos lados. Fuente: wikipedia



Tales medidas impulsaron a los críticos de Pericles, que le veían como el responsable de la degeneración gradual de la democracia ateniense. Constantine Paparrigopoulus, uno de los más importantes historiadores griegos modernos, argumenta que Pericles buscaba la expansión y estabilización de todas las instituciones democráticas.Por ello, impulsó una legislación que garantizaba a las clases más bajas el acceso al sistema político y a los oficios públicos, de los cuales habían sido apartados anteriormente debido a sus medios limitados o a su humilde condición. De acuerdo con Samos, Pericles creía que era necesario elevar al Demos, en el que veía la fuente del poder ateniense y un elemento crucial en el dominio militar de Atenas.La flota, sin duda la espina dorsal del poder de Atenas desde los días de Temístocles, estaba compuesta casi en su totalidad por miembros de las clases inferiores.
BomBom Cimón, por el otro lado, parece que ya había dejado de creer que existiera espacio para la evolución democrática. Estaba seguro que la democracia había llegado a su punto álgido y que las reformas de Pericles llevaban a la instauración del populismo, degenerando el sistema establecido. Según Paparrigopoulos, la historia acabó dando la razón a Cimón, puesto que Atenas, a partir de la muerte de Pericles, se hundió en un abismo de turbulencia política y demagogia. Fuente: wikipedia.






















Amanecer en Ribeira d'Ilhas. Entrever  a través de un cristal aún lleno de sueños que a las 6:30 a.m. ya hay más de diez personas en el pico. Pitoenclenqueides queda con cara de asombro ante su  retraso  en los relojes portugueses. Mamón disfruta del momento. Pericles, el Terriblemente Joven aún no sabe donde está.
Primer baño en el primer pico, segundo baño en el segundo pico, tercer baño en ningún pico.  Desayuno sin diamantes. Ni falta que hacen.
Llegan los espartanos e intentan colonizar la playa. Sepia hace un alarde de retórica y los locales abren las olas a los extranjeros. Bombón Cimón presume de posada. El día se eterniza mientras la marea sube marcando el final de la batalla.
Viaje hacia Guincho donde nos espera de nuevo la marea baja. Parada en Lidl. Aquí se da uno de los episodio más famosos en las enseñanzas de Pericles: Mamón y Pitoenclenqueides quieren alimentarse del aire, que bastará si éste es compartido. Pericles, borracho de su propia inexperiencia quiere procurarse unas deliciosas sardinhas solo para él. Insta a sus maestros a que "pesquen" las suyas. Pitoenclenqueides estalla y colérico muestra al joven el futuro: "No compraremos nada y nos comeremos lo tuyo. El oráculo así lo quiere. Está escrito". Pericles  asiente. Cada vez sus insolencias serán menos. Está empezando a aprender. Añade a los pescados unos  vinos de la zona para regalar a su bienamado suegro.  Sus maestros ríen y saborean el elixir dionisiaco  por adelantado.
Llegan al temido spot de Guincho. De nuevo la lista de teorías aumenta. No termina de entrar el viento y cansados de esperar, verbo que debe tener en su etimología esta playa lisboeta, deciden entrar en la batalla. 4,7 es la cifra. El viento, aunque racheado, va a más durante la tarde. El día no parece acabar nunca. Y lo que queda. Buenas series que se envenenan cuando se vacía la playa. Casi todos sufren sus consecuencias: tablas que hablan, velas que suspiran, prolongadores  sacados de un cuadro de Dalí.
El cansancio pone fin al windsurf. En vez de descansar, ante la dureza que saben que  tendrán que asumir la última de las jornadas, los ojos de los espartanos brillan pidiendo aún combate,  en un día que está aun lejos de decir su última palabra. El lugar: el Barrio Alto de Lisboa. Antes de marchar Pericles encuentra un tabla abandonada entre las sombras que ya toman el Atlántico. Con la seguridad que da tener 20 años, sabe a quién pertenece y la toma para devolverla a su dueño. Sin saberlo, ha hecho el favor de su vida al pseudolocal Andrés Serrano, el hijo del Cabo, quien a esa hora debe ir ya por Badajoz, feliz, sin conocer su olvido.Tras una cena a base de Monster y cerveza, Mamón, Pitoenclenqueides y Pericles desembarcan en Lisboa por la puerta de atrás. Deciden reunirse con los espartanos más tarde. Mientras, ahogan sus penas  y sus corazones al ritmo de la música en vivo de un local brasileiro, cerca de la esquina que vio morir a Pitoenclenqueides un año atrás. Pericles conoce el amor  gracias a una meretriz madura cuyo nombre ha quedado perdido en el pasar de los siglos.  Sus maestros demuestran sus dotes de samba ante la joven Lucibella. Ésta se aburre y escoge otra presa. Llegan los epartanos. La noche enloquece, y el local baila en perfecta sincronía como si fuese un solo organismo 100% hecho de Caipirinha. Suecia, Suiza, portugueses que esconden inverosímiles fetiches, mercadeo en rebajas, palabras en francés, en inglés, en aguileño...Nacimiento y caída de Pierre Bonjour... Sepia da otro golpe a la retórica. La noche, como en un relato de Cortazar, se diluye entre los agujeros de la propia noche. Peligro. Pericles y sus maestros escapan a tiempo.

5 comentarios:

jaibo dijo...

ay madre mia,
y yo que pensaba que la rabia y envidia contenidas por no haber podido ir a este viaje desaparecian deprisa,
como la mayoria de recuerdos,
borrados por el tiempo,
y a cada relato,
su leyenda no hace mas que aumentar
hasta que acabe deborandome por dentro,

otra vez ay

lu dijo...

Deborah Kerr?
ya solo queda una jornada Jai...

jaibo dijo...

que jodio,
devorandome

jaibo dijo...

mi nueva vecina se llama Deborah,
que querra decir todo esto??

Anónimo dijo...

Nice!