viernes, 22 de enero de 2016

D.B.




Corría el año 96 y yo tenía 18 años. Era el primer gran festival al que iba, y DB era el cabeza de cartel del primer día. Entre el viaje, las ansias y demás factores asociados a estos asuntos acabamos llegando tarde a la cita. DB ya se alzaba majestuoso sobre las tablas, embutido en las vestimentas extraterrestres que serían marca de la casa durante su siguiente disco (earthling, esa epopeya de drum and  bass bowierana). Todo el grupo ataviado con disfraces de ultratumba  y el escenario trasfigurado en planeta marciano-postnuclear. Bultos cadavéricos colgando por aquí y por allá. Evidentemente era el escenario principal y a sus pies se extendía la mayor explanada conciertil que mis tiernos ojos habían visto hasta  la fecha, llena de gente de lo más variopinta en un rango de edad que iba desde jovenzuelos como nosotros a gente que en aquellos tiempos me parecía ya un tanto madurita (ay)  El concierto atravesaba en esos momentos una sección oscura, marcada por temas que yo apenas conocía de su reciente y perturbador outside (cuantas veces oiríamos después i’m deranged), del ya comentado earthling, así como canciones de discos antiguos filtradas por el tamiz de ese nuevo sonido. Creo que tarde más de un minuto en darme cuenta de que una de las canciones que sonaba en esos momentos era una Andy Warhol completamente oscurecida e industrializada. La cabeza me daba vueltas. ¿Que coño era aquello?. De repente algo cambio. Un silencio mas prolongado, un movimiento en el escenario, cambios de guitarras e instrumentos  y riff de guitarra que rasga el cielo de los pirineos. Ziggy había llegado y el mundo, si así lo decidida, por mi podía llegar al final.

11/01/2016
Me desperezo cansado en el coche camino de San Pedro. En la radio parlotean Carmona y sus secuaces y no les presto demasiada atención. Sin embargo, en un momento dado acierto a oír “un chupito a tu salud, DB”. Tras lo que suena “Changes”. Que raro, pienso y rápidamente le pregunto al chemilin que qué pasa, que esto es muy raro. El tampoco estaba prestando atención así que no sabe nada. Lo animo a buscar por Internet y al poco se destapa el pastel. “Se ha muerto DB, nene, esta mañana”. SILENCIO. Es lunes, hay poniente y DB ha muerto. Mi tobillo sigue maltrecho, y solo dan viento hasta mediodía, pero así no hay quien trabaje. Hoy no es día para engaños y cabriolas. A la 1 o así digo que me voy, que esto no hay quien lo aguante. Enfilo hacia Calblanque mientras en la radio suenan temas y temas de B. Hay olón y viento racheado, apenas hay gente navegando. 4,7 y tabla grande. En mi cabeza resuena Ashes to Ashes, las lagrimas caen sobre las espumas y mi vista se clava en el labio para mi primer cutback del día. Va por ti, DB.







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