Corría el año 96 y yo tenía 18 años. Era el primer gran festival al
que iba, y DB era el cabeza de cartel del primer día. Entre el viaje, las
ansias y demás factores asociados a estos asuntos acabamos llegando tarde a la
cita. DB ya se alzaba majestuoso sobre las tablas, embutido en las vestimentas
extraterrestres que serían marca de la casa durante su siguiente disco (earthling,
esa epopeya de drum and bass bowierana).
Todo el grupo ataviado con disfraces de ultratumba y el escenario trasfigurado en planeta
marciano-postnuclear. Bultos cadavéricos colgando por aquí y por allá.
Evidentemente era el escenario principal y a sus pies se extendía la mayor
explanada conciertil que mis tiernos ojos habían visto hasta la fecha, llena de gente de lo más variopinta
en un rango de edad que iba desde jovenzuelos como nosotros a gente que en
aquellos tiempos me parecía ya un tanto madurita (ay) El concierto atravesaba en esos momentos una sección
oscura, marcada por temas que yo apenas conocía de su reciente y perturbador
outside (cuantas veces oiríamos después i’m deranged), del ya comentado earthling,
así como canciones de discos antiguos filtradas por el tamiz de ese nuevo sonido.
Creo que tarde más de un minuto en darme cuenta de que una de las canciones que
sonaba en esos momentos era una Andy Warhol completamente oscurecida e
industrializada. La cabeza me daba vueltas. ¿Que coño era aquello?. De repente
algo cambio. Un silencio mas prolongado, un movimiento en el escenario, cambios
de guitarras e instrumentos y riff de
guitarra que rasga el cielo de los pirineos. Ziggy había llegado y el mundo, si
así lo decidida, por mi podía llegar al final.
11/01/2016
Me desperezo cansado en el coche camino de San Pedro. En la radio
parlotean Carmona y sus secuaces y no les presto demasiada atención. Sin
embargo, en un momento dado acierto a oír “un chupito a tu salud, DB”. Tras lo
que suena “Changes”. Que raro, pienso y rápidamente le pregunto al chemilin que
qué pasa, que esto es muy raro. El tampoco estaba prestando atención así que no
sabe nada. Lo animo a buscar por Internet y al poco se destapa el pastel. “Se
ha muerto DB, nene, esta mañana”. SILENCIO. Es lunes, hay poniente y DB ha
muerto. Mi tobillo sigue maltrecho, y solo dan viento hasta mediodía, pero así
no hay quien trabaje. Hoy no es día para engaños y cabriolas. A la 1 o así digo
que me voy, que esto no hay quien lo aguante. Enfilo hacia Calblanque mientras
en la radio suenan temas y temas de B. Hay olón y viento racheado, apenas hay
gente navegando. 4,7 y tabla grande. En mi cabeza resuena Ashes to Ashes, las
lagrimas caen sobre las espumas y mi vista se clava en el labio para mi primer
cutback del día. Va por ti, DB.
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