lunes, 27 de abril de 2009

mazarrón 7.00 ante meridiem



Contaba Proust

mientras se preparaba para buscar su tiempo perdido

que transcurren unos segundos

-a veces incluso minutos-

en los que tras despertar

uno no reconoce plano alguno.

Pero el peso de la existencia

cae entonces cruel sobre la almohada

y nos abandona con violencia

ese estado en el que intuimos saber quiénes somos

y qué es lo que queremos.




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