


En principio ayer podía pasar cualquier cosa, desde que no llegase a soplar ni medio nudo hasta que nevase sobre nuestras díscolas cabezas murcianas. Dudas maximizadas por el frio, centauros esperando en La Llana, visita médica al Hombre Del Cabo en sus dominios -donde el huracán polar venia de mar adentro-, pensamiento de tirar para Calblanque y, finalmente, llamada clarificadora del Hombre-Erizo desde el puerto de San Pedro: viento para 4.7 y la dirección muy buena. El mar subiendo por momentos.
Cuando llego el viento está para 4.2 y para cuando termino de montarla ya esta para 3.7 o menos. Navegación descontrolada y suicida, intensificada por mi vista deficiente y por la lluvia que a ratos cae de punta y a ratos cae de canto haciendo pupita. Caretas de neoperro, garras afiladas, caras congestionadas y un montón de balas humanas del circo oceánico. Son largos sufridos, pero alli no se va ni dios. La noche va cayendo y todo se vuelve aún mas tétrico e irreal. Poco a poco los centauros van recuperando el sentido común y abandonan con cuentagotas el mar que los acogía.
Un último momento: de noche, desnudo despues de quitarme el neoperro y antes de ponerme ropa seca, me incorporo junto a la furgoneta y la lluvia me empapa durante unos segundos. Copón que grande es el windsurf.
las fotos por si no se ve son de Juan Serón y Juan Santacruz. Hay muchas mas en el estupendo blog del primero: